Parece como si hubiera sido ayer, y seguramente todavía así lo siente Raúl Moya, pero ya ha pasado casi un mes desde que su pequeña hija, Tamara, de tan solo cinco años, fuera asesinada cobardemente con un disparo a quemarropa en medio de una encerrona en Huechuraba.
Desde entonces, Moya transitó por distintos medios e incluso llegó hasta La Moneda para hablar con el Presidente Piñera y entregarle una carta donde exigía justicia. Una justicia que, en algún momento, insinuó tomaría por sus propias manos. «Yo sé quién asesinó a mi hija, sé su nombre, vi su cara y sé dónde vive su familia», admitió en una entrevista concedida a Meganoticias.
Y luego, a La Tercera le confesó: «Cuando vi la foto (del tipo), tuve el sentimiento más normal posible: ganas de matarlo con mis propias manos».
A él, durante las últimas semanas le dedicó varias publicaciones en su cuenta de Instagram. Una de las últimas, una carta donde le deseaba «que mis pesadillas te despierten cada noche, que mi sufrimiento te apriete el pecho, que mi llanto te cierre la garganta, que cada cosa que hagas veas el rostro de mi única hija».
La madrugada de este viernes, en esa misma cuenta de Instagram, Raúl Moya compartió una serie de imágenes muy fuertes donde se aprecia un cuerpo herido a balazos. Según el mensaje que acompañó su publicación, el cuerpo corresponde a Luis Rojas, precisamente a quien sindica como el asesino de Tamara.
El sospechoso habría muerto luego de que un carabinero ocupara su arma de servicio tras haber sufrido un portonazo del sujeto. Puedes leer más acá.
«¿Qué pachó Luchito? Ahhhh, parece que era verdad que cuando el otro devuelve los balazos ya no eran tan choros. ¿Y tus compañeritos dónde están?», comenzó su desahogo. «Escondidos, salieron arrancando como las ratas que son y te dejaron botado como la mierda que eres».
Luego agregó: «Tengo más fotos de este angelito, pero ¿sí o no que así se ve bonito? Aún no muere, está en riesgo vital en el (Hospital) Félix Bulnes por si quieren mandarle flores o visitarlo».
Finalmente, confirmó su identidad: «Para que no quepan dudas, este es el bastardo que mató a mi hija».
Aunque aún se desconoce el detalle, el joven de 16 años habría estado participando de otra encerrona, en la comuna de Pudahuel, cuando lo interceptó un vehículo de Carabineros.
