9 ago 2017

Crónica Richie Kotzen en Buenos Aires: "Destreza, habilidad y emoción"

Después de tres años de su última visita, Richie Kotzen regresó a la Argentina y detonó El Teatro de Flores en el marco de su gira “Salting Earth Tour 2017”.

Antes de que Kotzen y compañía pisasen el escenario, las bandas Raddar y Arpeghy se encargaron de abrir la noche, amenizando la espera y aportando calidad al evento.

Unos momentos antes de que comenzara la función se abrió el telón, euforizando a un público que palpitaba, cada vez con más ganas, el inminente show. Minutos pasadas las nueve se apagaron las luces y entre gritos, chiflidos y aplausos Mike Bennett, Dylan Wilson y Richie Kotzen salieron a escena.



Fue una noche con una inmensa cuota de eclecticismo. El mismo Kotzen ha reconocido en varias oportunidades que su proyecto solista es muy diferente a su otro grupo (Winery Dogs), ya que trabajar en este formato le permite explorar sonidos más experimentales. Y esta variedad gritó presente en Flores.

La noche comenzó con vibras hard-rockeras con los temas “End of Earth” y “Socialite”. En este último los temas fueron acompañados por los coreos del público, cuya intensidad aumentó drásticamente cuando Kotzen dijo “Creo que Chile gritó más fuerte ayer”. Después de estas dos primeras canciones Richie dejó su Strato y pasó al piano para interpretar el tema “Meds” de su último álbum. La gente pedía más guitarra y la banda metió un gran triplete eléctrico con “Go Faster”, “Love is Blind”, tema acompañado por los cantos del público y el clásico “Your Entertainer”. Se sabía de antemano que este sería un show donde el piano sería uno de los protagonistas y con Kotzen en las teclas siguieron “My Rock” y “Cannon Ball”. Llegaría el momento acústico de la noche y la banda desplegaría su lado más armonioso con “I Would” y “High” con Wilson empuñando un contrabajo eléctrico y aportando su dosis de virtuosismo a la jornada. Las cuerdas fueron acompañadas por una sólida base de cajón peruano a cargo de Mike Bennett quién más adelante se quedaría solo en el escenario para efectuar un solo del mismo cajón y más tarde de batería. Ya llegando al final del show, Kotzen y Wilson se unirían a Bennett para interpretar una serie de clásicos y de esta manera, antes de despedirse, interpretaron “Doing what the Devil says to Do”, “Fear” y “Help Me”. Tras agradecer al público, la banda se retiró del escenario y en breves instantes regresaría para interpretar el último tema de la noche “This is Life”, despidiéndose, de esta manera, Kotzen de la Argentina.

Cabe recalcar nuevamente que el show fue uno con mucha variedad. La banda, con este setlist, logró una perfecta convergencia entre temas nuevos y clásicos que decantó en un show memorable. Si bien hubo uno que otro desperfecto técnico con el sonido y los volúmenes, no fue un impedimento para que el grupo desplegase este gran espectáculo. Siempre es interesante ver como las bandas en formato de trío se desempeñan en los escenarios. Y lo cierto es que no podría habérseles pedido más a tres músicos que exceden los estereotipos del virtuosismo. Ya sea con Winery Dogs, su proyecto solista, o cualquier otro plan que este hombre tenga para su futuro, Kotzen no decepciona y jamás decepcionara.

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